La convocatoria de este jueves 2 de Mayo la lleva la amiga DOROTEA desde su blog LAZOS Y RAICES y su propuesta es: PRIMAVERA ERÓTICA
Sus miradas se cruzaron en el estrecho
compartimiento de aquel tren, ella era demasiado joven para viajar sola o al
menos eso debieron entender aquella familia que la llenaban a preguntas con afán
de protección. Él, hijo y nieto de ferroviarios cumplía su servicio militar en
la red de transportes ferroviarios española, pero eso no lo sabría ella hasta
después.
Descolocada en su situación de una jovencísima
recién casada, no conocía mucho más que aquella boda apresurada consecuencia de
un embarazo temprano decidido sobre todo por ella. Su jovencísimo marido también
estaba haciendo la mili en un pueblo de Valencia de ahí el viaje.
Para escapar del mundo de los adultos que
mejor que situarse en el pasillo del tren e ir mirando el paisaje, mientras el
disimuladamente se situaba a su lado. Al principio la conversación transcurrió
de forma apacible, aunque las chispas comenzaban a revolotear alrededor de
ambos, en un momento sus manos se juntaron en una especie de caricia. Antes de
juntar los labios él le dijo:
-Sígueme
– y ella sin pensar en el polvorín de comentarios que dejaba tras de sí le
siguió.
Nunca había estado dentro de un coche cama,
ni siquiera hubiera logrado encontrar sola el camino. Cuando el metió la llave
en la puerta ya se estaban comiendo a besos. Con la falta de experiencia, pero
con el ímpetu de quien apenas roza los veinte años.
Solo quien prueba la fruta del árbol prohibido
conoce esa otra forma de pasión, ese arrebato, esos dedos que recorren los
lugares más recónditos de un cuerpo hasta ese momento extraño. Caricias que se
aprenden en un instante, labios que arden recorriendo los lugares más secretos.
La prisa con la que llega el primer orgasmo contrasta con la dulzura de los
siguientes. Demasiado poco tiempo para sentir, para poder entender con lógica,
para buscar un por qué.
Los dos se visten lentamente sabiendo que
esta será su única vez, después el ira al departamento a buscar la mochila de
ella, para evitarle comentarios y miradas escrutadoras, porque resulta que la
joven recién casada era una buscona.
Y él la acompañara llevándole la mochila hasta
el final del tren en su parada en Valencia capital. Allí la dejara en otros
brazos, besando con no menos pasión otros labios, el joven marido da las gracias y
el sube de nuevo al tren mientras se despide. Nunca más la vida los volvera a dar la oportunidad de conocerse más.